El Ideal Personal y el camino a la Santidad

La última Jornada de  CIEES Internacional que estuvo lleno de reflexiones, espiritualidad, emociones y enseñanzas para la vida cristiana diaria.

La arista principal del Padre José María era el “Ideal Personal”.

El ideal personal no es un hermoso diseño como creemos, es una gracia que Dios nos ha dado. Todos somos ideales para recibir la gracia de Dios, pero debemos ser conscientes de que le damos un valor agregado, ser sensatos de que el liderazgo viene de Dios y ese liderazgo se sostiene de su fuerza y a través del vínculo, ese vínculo que es la oración.

El lema que marca mi vida, en todos los ámbitos, tanto como cristiana y empresaria, es “el don recibido por el don comunicado”, es decir, no puedo dar amor sin experimentar el amor, por eso Dios es el principio y nosotros somos Sus herramientas de Sus enseñanzas para la transmisión. Recibimos todo el amor, misericordia que él nos da y lo transmitimos a nuestros semejantes. Expresaba el Padre José.

La pedagogía de Schoenstatt enseña que somos hijos de Dios y que nuestro liderazgo es su expresión. Si el hombre no comprende que su vida, su autoridad, su guía viene de Dios, se somete a sus ídolos o a los vicarios de Dios, que son el capital, el dinero, la riqueza, etc.

 Protocolo de santidad

 En una parte, el sacerdote José María mencionó las palabras del Papa Francisco sobre el camino de la santidad, que consta de cuatro pasos o puntos.

 “El camino de la santidad no son sólo las buenas obras”

 El primer punto, seguridad de la victoria de Cristo en mi vida, gratitud, celebración y autorrenovación en ella.

 Segundo punto, no creas que el mal es un mito, una idea o un símbolo. El mal existe y es personal, hará todo lo posible para hacerte caer como Adán y Eva en el paraíso, como hizo caer a Jesús en el desierto. El mal intenta seducirnos con el ego que tenemos.

 Tercer punto, valorando la belleza de la devoción, Dios valora todo lo que le damos.

 Cuarto punto, mirar siempre el rostro de Dios Todopoderoso, que siempre está conmigo en todo lo que hacemos y enfrentemos, y segundo, mirar el rostro del hermano menor al que tengo que servir, que me impide caer en el narcisismo; egoísmo y orgullo.

“La santidad no podemos hacerla nosotros solos. No, es una gracia. Ser bueno, ser santo, dar todos los días un paso adelante en la vida cristiana es una gracia de Dios y tenemos que pedirla”.
Papa Francisco

 

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