Testimonio Rolando Medeiros como empresario cristiano

Soy un adulto mayor, me encuentro a punto de llegar a los 70 años y considero que soy un hombre afortunado. Mi vida está llena de razones para estar agradecido, tanto con Dios como con la sociedad. Llevo felizmente casado 43 años, 3 meses, 27 días y algunas horas. Soy padre de cinco hijos, tres mujeres y dos hombres, y abuelo de 14 nietos, seis niñas y ocho niños. A pesar de haber nacido en Sucre, Bolivia, me trasladé a Chile a los seis años y allí completé mi educación primaria y secundaria en el colegio San Ignacio del Bosque de los Jesuitas, en Santiago.

Mis estudios universitarios se llevaron a cabo en la Universidad de Chile, y luego realicé estudios de posgrado en Suecia, en el ámbito de la físico-química cuántica. Posteriormente, he continuado mis estudios, incursionando en la administración de empresas en la Universidad de Chile y profundizando en filosofía en la Universidad Alberto Hurtado. Mi tesis ha sido un desafío constante, habiéndola comenzado en cuatro ocasiones, pero sigo esperando el día en que pueda finalizarla.

Mi vida profesional ha sido diversa y apasionante. Me he desempeñado como dirigente gremial y consejero en la Sociedad de Argumentos Fabril en Chile. También he estado involucrado en la filantropía como subdirector de la Fundación Arturo López Pérez, el instituto de cáncer más prestigioso y moderno de Latinoamérica. Además, colaboro en la Universidad Católica, específicamente en la cátedra de relaciones laborales, pero desde una perspectiva empresarial.

A lo largo de mi carrera, he ejercido funciones ejecutivas en varios países: Argentina, Chile, Perú, Estados Unidos y Colombia. Hoy quiero reflexionar sobre mi primera experiencia como gerente general, un rol que asumí en el año 1989 en Lima, Perú, en una época de hiperinflación y grandes desafíos económicos. Mi experiencia previa como gerente de finanzas para una corporación multinacional me preparó para esta responsabilidad.

En aquel momento, mi misión era clara: cerrar ordenadamente la compañía, que atravesaba una crisis y parecía poco viable. Me encontré con un equipo comprometido con la empresa, consciente de la difícil situación pero dispuesto a darlo todo. Fue ahí cuando comprendí la importancia del trabajo en equipo y del compromiso genuino para superar los obstáculos.

A lo largo de mi vida, he tenido la oportunidad de desempeñarme en diversas áreas, pero esta experiencia como gerente general en Perú marcó un hito en mi carrera. Fue un desafío complejo, pero con la dedicación y el esfuerzo del equipo, logramos enfrentar las dificultades y tomar decisiones importantes para el futuro de la compañía.

En resumen, mi vida ha sido un viaje lleno de aprendizajes, retos y gratitudes. Cada etapa ha aportado a mi crecimiento personal y profesional, y espero seguir contribuyendo con mi experiencia en el ámbito empresarial y en la formación de nuevas generaciones. Aunque aún tengo pendiente la conclusión de mi tesis, sé que las metas se logran con perseverancia y determinación, y eso es lo que me impulsa a seguir adelante.

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