Testimonio Javier Calvo Liderman – Guardián de la Cultura

El negocio más complicado y plagado de desafíos en el que la corrupción amenaza constantemente y el 80% de los robos están vinculados de alguna manera a los vigilantes. Esta es la problemática que enfrenta el negocio de seguridad del que quiero hablarte. Me adentraré en los detalles de cómo logramos transformar nuestra empresa, Liderman, en un referente de éxito y cambio en el campo de la seguridad.

Para empezar, permíteme contarte que mi vida profesional ha estado estrechamente ligada al sector de la vigilancia. Hace dos años dejé este ámbito para embarcarme en el mundo de las startups y la robótica, pero lo que viví y aprendí en el negocio de la seguridad ha sido de vital importancia para mi trayectoria.

Desde sus inicios, Liderman era una empresa desconocida y, en muchos casos, despreciada. Afrontamos desafíos gigantes, como la falta de reconocimiento y confianza de parte de los gerentes generales de las empresas, lo que dificultaba enormemente la expansión y el crecimiento. Además, lidiar con la corrupción y la tentación de robo entre los propios vigilantes era un problema constante.

En un mundo en constante cambio, la clave para el éxito radica en la transformación. En ese sentido, redefinimos nuestra imagen de marca y adoptamos prácticas innovadoras. Pasamos de ser una empresa más del montón en el sector a ser un líder que marcó la diferencia. Implementamos estrategias que generaron confianza y credibilidad tanto dentro como fuera de la empresa.

La transformación comenzó por la relación con nuestros empleados. Reconocimos la importancia de dignificar su labor y brindarles oportunidades de crecimiento. Implementamos un programa de formación y capacitación continua, financiado por nosotros mismos, que permitía a los vigilantes estudiar y ascender a otros roles dentro o fuera de la empresa. Esto generó un sentido de orgullo y lealtad en ellos, reduciendo considerablemente la tentación de robo.

La transparencia también fue un pilar fundamental. Implementamos un sistema en el que cada vigilante podía ver en línea y en tiempo real cómo se calculaba su sueldo, fomentando la confianza en el proceso de pago y eliminando dudas sobre posibles injusticias.

Además, creamos un espacio en el que los líderes de la empresa podían crecer y desarrollarse. Establecimos un programa en asociación con una universidad extranjera que brindaba a nuestros líderes la oportunidad de estudiar y crecer tanto dentro como fuera de la empresa. Esto no solo generó un ambiente de crecimiento personal, sino que también atrajo a los líderes más talentosos del sector.

Pero no todo se trató de prácticas internas. También nos enfocamos en mejorar la percepción pública del negocio de seguridad. A través de estrategias de comunicación y programas de radio, logramos ser vistos como un referente en el sector, resaltando nuestras prácticas éticas y la transformación que estábamos logrando.

El resultado de todas estas iniciativas fue asombroso. Pasamos de tener cero ventas y ser una empresa poco conocida a tener un reconocimiento nacional e internacional. Alcanzamos más de 17,000 empleados y facturamos casi 200 millones de dólares en el pico de nuestro crecimiento. Ganamos premios por ser el mejor lugar para trabajar y establecimos relaciones sólidas con los principales grupos empresariales del país.

En resumen, mi experiencia en el negocio de seguridad me enseñó que la transformación es posible en cualquier ámbito. Mediante la combinación de liderazgo, transparencia, desarrollo de empleados y una comunicación efectiva, logramos convertir una empresa poco reconocida en un líder en el sector. Este viaje ha sido una prueba de que, a pesar de los desafíos y la corrupción que a menudo caracterizan ciertos negocios, el cambio positivo es siempre alcanzable.

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