Semana 4 Jueves

“Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vió y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo.” (Lucas,  10, 33-34).

Mañana

Padre, gracias por el día que comienza y despierta las manos que se unirán en mi trabajo. Gracias por las ilusiones que hoy tengo y por las que llevan tanta gente. Mantenelas vivas, cuidalas … son frágiles como una pluma en el aire.

Que mi tarea sea una participación de corazón en la actividad creadora y en la voluntad de donación de mí mismo. Que lo viva –como el buen samaritano- con ojos transparentes que irradien calor y manos bondadosas que alivien los dolores de quienes sufren. 

Te entrego todas las fuerzas y energías. Despertá mis ansias de forjar y crear.  

Que pueda integrar mi vida con la de mi prójimo y encontrar el gusto por desarrollar las capacidades y creatividades de quienes trabajan conmigo, con nuevos impulsos y motivaciones, alegrando el día.

Silenciame para escucharte.

Medio día

En la pausa de este mediodía, vuelvo a mi santuario en mi lugar de trabajo, para descansar y renovarme con el misterio de tu gracia y tu presencia.

Te entrego Madre todos mis afectos, mis deseos y mis sombras, para que los santifiques y transformes. Dame ojos para que mi hacer refleje tu espíritu y pueda suscitar vida en otros. 

Quiero renovar mi unión de amor con vos y consagrarte todo mi ser y mis esfuerzos laborales de este día. 

Que sepa vivir libre y no esclavizado a mis miedos e inseguridades por las presiones del día. Que el trabajo no me invada todo el corazón y pierda la medida de cada cosa.

En tus manos Madre que me llevan al Padre, encomiendo mi espíritu.

Tarde

En esta tarde Señor, en la que voy concluyendo mi día de trabajo, te entrego como un regalo de amor todos mis esfuerzos, luchas, frustraciones y logros. Transformalos en pan para la vida.

Que sepa amarme en toda circunstancia y valorar mi entrega por construir un mundo laboral más justo y digno, en el que pueda descubrir y vivir mi misión. 

Te pido me lleves al Padre y así pueda descubrir cómo su amor me acompañó en esta jornada, transformándome según su voluntad. Con el amor que de vos nace, colma mi alma hasta lo hondo. 

¿Te descubrí en este día de trabajo Señor …?

¿te ví en el hambriento por crecer o ser reconocido …?

¿te dí de mi agua cuando estabas con sed de escucha o contención…?

¿busqué vestirte con mis conocimientos o experiencia, cuando pasaste a mi lado …?

¿te visité en tu cautiverio, cuando te sentiste acorralado o angustiado por alguna situación injusta …?

No sé Señor, quizás un poco, tal vez no lo suficiente. Dame luz y fortaleza para estar vivo.

Me entrego en tus manos bondadosas. Transformame para que renazca.

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