Administrar los Dones de Dios: Claves para una Gestión Financiera con Sello Cristiano en el Encuentro CIEES

La Comunidad Internacional de Empresarios, Ejecutivos y Emprendedores Schoenstattianos (CIEES) celebró su encuentro mensual de formación ede junio, un espacio dedicado a profundizar en la integración de la fe y la vida profesional. En esta ocasión, Juan Manuel Suárez, presidente de CIEES Colombia, guio una enriquecedora reflexión basada en el libro “Cómo administrar los recursos que Dios pone en sus manos” de Mateus Machado, quien también honró el encuentro con su presencia.
El encuentro inició con el rezo del Santo Rosario, encomendando las intenciones de la comunidad, del disertante y sus familias, así como las necesidades del mundo laboral. Tras una cálida bienvenida y una breve presentación de la misión y visión de CIEES, se introdujo a Juan Manuel Suárez, quien se adentró con claridad y profundidad en el núcleo del tema propuesto.
Suárez comenzó su exposición destacando el objetivo central del libro de Mateus Machado: “estimular el debate sobre la educación financiera con perspectiva cristiana en hogares, en grupos, en empresas, en iglesias, en escuelas”. Subrayó que, contrariamente a ciertas percepciones, la Biblia ofrece una vasta sabiduría sobre la administración de bienes, con “más de 2350 versículos que hablan sobre el dinero y la riqueza”. Una idea fuerza recurrente fue desmitificar la aparente contradicción entre fe y finanzas. Citando 1 Timoteo 6:10, Suárez enfatizó: “Porque el amor al dinero es raíz de todos los males”, aclarando que el problema no radica en el dinero en sí, sino en la codicia y el apego desordenado a este.
El disertante argumentó que la prosperidad, gestionada desde una óptica cristiana, se convierte en una herramienta poderosa para el bien. “Quien prospera financieramente, tiene un gran poder de hacer el bien en sus manos. Cuanto más tiene, más puede dar. Cuanto más puede dar, más puede multiplicar”, afirmó, vinculando la capacidad de generar riqueza con la responsabilidad de compartir y fomentar el crecimiento comunitario. En esta línea, reinterpretó pasajes como Mateo 6:24 (“No podéis servir a Dios y a las riquezas”), explicando: “El dinero es siervo del hombre y no su señor. El hombre es siervo de Dios. Luego todo aquello que sirve al hombre sirve a Dios. Dios no se va a indignar con nuestro progreso financiero. Dios sí se va a indignar si ese dinero que tenemos lo utilizamos de manera mezquina, egoísta e individualista.”
La charla profundizó en la importancia del autoconocimiento financiero, invitando a los asistentes a reflexionar sobre su “árbol genealógico del dinero” para comprender las influencias y aprendizajes tempranos que moldean su relación actual con las finanzas. Se abordó el desafío de la sociedad de consumo y la cultura de la inmediatez, contrastándola con la virtud cristiana de la paciencia, que “trae recompensas de mediano y largo plazo”. Suárez advirtió sobre los peligros del endeudamiento irresponsable y la mentalidad del “me lo merezco” sin un discernimiento previo. Propuso herramientas como el “cuadro de los sueños” para ayudar a clarificar metas, diferenciar necesidades de deseos y planificar con realismo.
Un aspecto relevante fue el llamado a combatir el “boicot oculto” de la comparación. Citando a la autora Rachel Hollis, “La comparación es la muerte de la alegría y la única persona en relación con la cual yo necesito ser mejor es la persona que yo fui ayer”, Suárez instó a un “ayuno de comparación” y a centrarse en la propia evolución personal y financiera, en concordancia con los valores y proyectos de vida individuales.
La exposición se tornó eminentemente práctica al detallar diversos perfiles financieros –desde el “alto riesgo” hasta el “visionario”– y al delinear un camino de “reeducación financiera” basado en cinco pilares: Recomenzar, Reeducar, Repensar, Revisar y Reestructurar. Suárez compartió tácticas clave para una buena gestión, como el autoconocimiento, el control financiero detallado (ingresos y egresos), el análisis y diagnóstico de los patrones de gasto, la elaboración de una lista de prioridades versus necesidades, la reducción inteligente de gastos y, fundamentalmente, el ahorro sistemático –sugiriendo “ahorrar por lo menos 30% de nuestra renta”–, que debe incluir una “reserva de emergencia”.
Finalmente, el presidente de CIEES Colombia compartió una valiosa lista de “prácticas recomendadas”, entre las que destacaron: “convivir con personas que lo influencian positivamente”, “invertir en conocimiento”, “aprender a decir NO”, “donar dinero, tiempo y conocimiento”, y “cultivar la fe y tener una mente fuerte”.
La perspectiva de Suárez fue enriquecida por el testimonio de Luisa Fernanda, emprendedora colombiana, quien compartió su experiencia personal: “Empezar a aprender un poquito de finanzas… me llevó a empezar a organizarme… y empezar a colocar, qué ingresa, qué sale, pero qué sale desde la banana, lo más chiquito… me doy cuenta que puedo generar un dinero para ahorrar.” El propio autor del libro, Mateus Machado, presente en el encuentro, intervino para agradecer la exposición y reforzar la idea de que la gestión de recursos abarca más que el dinero, incluyendo “los dones, los talentos que tenemos”. Afirmó que “el libro busca que tengamos un punto de equilibrio… la salud financiera, la salud material” es parte integral de una vida plena.
El espacio final de preguntas e intercambio resultó muy participativo. Surgieron inquietudes sobre cómo aplicar estos principios en contextos de alta inflación o cómo enseñar estos valores a los hijos. Una pregunta destacada fue cómo poner concretamente el dinero en manos de Dios, a lo que Machado respondió sugiriendo un discernimiento constante: “¿Qué Jesús haría con este dinero para poder multiplicar y hacerlo bien?”, orientando la decisión hacia el bien común, la ayuda al prójimo y el sostenimiento de obras evangelizadoras.
El encuentro de CIEES demostró una vez más la vitalidad de una comunidad que busca vivir su fe de manera integral y coherente en el desafiante mundo empresarial. La charla de Juan Manuel Suárez, iluminada por la sabiduría del libro de Mateus Machado y los testimonios compartidos, ofreció no solo herramientas prácticas, sino una profunda inspiración para que cada participante se convierta en un administrador fiel y fructífero de los dones recibidos, buscando transformar su entorno personal y profesional con el espíritu del Evangelio y el carisma de Schoenstatt.