Carta del Presidente – Bernardo Borja

QUERIDA COMUNIDAD CIEES:

Quiero comenzar agradeciendo profundamente a cada uno de ustedes por permitirme servirles. Mi gratitud se extiende especialmente a los presidentes de las comunidades CIEES, a los directores, y a cada
miembro de esta hermosa familia. Gracias por su ejemplo de vida y por hacer posible esta comunidad que es un verdadero testimonio de fe y acción en el mundo del trabajo.

En esta Navidad, quiero compartirles un breve mensaje: el Adviento y la Navidad son tiempos de
esperanza, y una pregunta esencial resuena en este tiempo:
¿Cómo cultivamos esperanza en los demás?

Lo hacemos desde un liderazgo que pone al otro en el centro, ayudándole a alcanzar su mejor versión.
Parafraseando a Marcos Abollado, seamos interruptores que enciendan la luz en los demás, instrumentos
que no solo iluminan, sino que también inspiran a otros para irradiar su propia luz.

Como canta el Padre Manuel Lorca en “La luz de Jesús“:

“Cuando hay una luz viva en tu corazón,
solo deja que brille, es la luz de Jesús.
Una luz que ilumina lo que oscuro está,
¡solo déjala brillar!”


Esto solo es posible con la ayuda de Dios, pidiendo que nos conceda la humildad mariana, esa gracia que
nos hace pequeños para permitir que Él actúe a través de nosotros.

Nuestra misión como comunidad es llevar nuestro ideal personal al mundo del trabajo, conscientes de que, como decía Miguel Lelo, “somos historia por hacer.” Dios nos necesita, y la mejor manera de generar
esperanza es a través de nuestro ejemplo.

Dejemos brillar esta luz y ayudemos a encenderla en otros, para que la Navidad no sea solo un momento
pasajero, sino una fuente de vida y transformación. Que Jesús habite en nuestros corazones y nos inspire
a irradiar esperanza desde la espiritualidad de Schoenstatt y la visión del Padre Kentenich.

Vivamos una fe práctica en la Divina Providencia, confiando en que Dios guía nuestras vidas. Al hacerlo,
seremos testigos de esperanza, capaces de demostrar que, incluso en los momentos más oscuros, Dios
está presente y actuando.

Además, fomentemos la solidaridad de destinos, sintiéndonos corresponsables del bienestar de quienes
nos rodean.

Considerando también que nuestra misión no es solo personal, sino comunitaria. Como comunidad de
comunidades, CIEES está llamada a irradiar esperanza y transformar la sociedad desde dentro.
Crezcamos en nuestras comunidades locales, pero siempre vinculados a la comunidad internacional,
trabajando juntos para llevar la pedagogía del Padre Kentenich al mundo del trabajo.

Queridos amigos, que esta Navidad sea un verdadero renacer de esperanza en sus corazones. Que el
amor de Jesús nos ilumine y nos impulse a seguir construyendo juntos un mundo donde la fe y el trabajo
sean testimonios vivos de su presencia.

Les deseo una Navidad llena de paz, alegría y propósito.

Deseo también que el 2025 sea un año lleno de bendiciones para todos ustedes. Que juntos sigamos
haciendo vida el ideal de CIEES y transformemos la sociedad desde el mundo del trabajo.
Finalmente, pido sus oraciones por nuestros amigos de Brasil y el anhelado Congreso de octubre de 2025. Que Dios los guíe y bendiga en este importante evento. Espero con entusiasmo verlos a todos allá.

¡Sigamos adelante con fe, con humildad y con la certeza de que somos instrumentos de Dios en
esta hermosa misión!

Un fuerte abrazo,

Bernardo Borja Matheus
Presidente CIEES Internacional

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