Autoridad en el trabajo – Jorge Herrera
El liderazgo y la autoridad se pueden aprender de las lecciones que nos deja San José. Hay tres dimensiones relevantes en su vida y ejemplo. En primer lugar, San José tenía una profunda vida interior en la que tomaba decisiones en colaboración con Dios. Reconocía que muchas cosas estaban fuera de su control y confiaba en la guía divina. Esto desafía el paradigma tradicional de que uno debe hacer todo por sí mismo y propone confiar en Dios para lo que está más allá de nuestro control.
En segundo lugar, San José mostraba una ausencia de ego. No buscaba destacar él mismo, sino permitía que otros brillaran y se desarrollaran. Evitaba comportamientos egocéntricos como no delegar, hacer las cosas a su manera sin escuchar a los demás, o atribuir a los demás la culpa de su falta de ascenso. La falta de ego es crucial para un liderazgo efectivo, ya que permite que las personas crezcan y se destaquen, fortaleciendo la organización.
La tercera dimensión es la capacidad de ser un guía. San José no solo se ocupaba de cuidar a su familia, sino que también los guiaba y los impulsaba hacia adelante. Como líder, se debe crear un ambiente propicio para que todos los miembros del equipo tengan éxito y logren resultados. Esto implica adaptarse al mundo laboral híbrido actual, donde se valora la interacción humana, tanto en persona como a distancia.
En resumen, San José nos enseña lecciones valiosas sobre liderazgo y autoridad. Debemos cultivar una vida interior profunda en la que confiemos en Dios y reconozcamos lo que está fuera de nuestro control. Además, debemos dejar de lado el ego y permitir que otros destaquen y se desarrollen. Finalmente, como líderes, debemos ser guías que creen un ambiente propicio para el éxito de todo el equipo. Estas lecciones pueden aplicarse en el contexto laboral actual y ayudarnos a liderar de manera más efectiva.