Trayendo a Dios al trabajo – La impactante historia de consagración empresarial

Ricardo Funari
Una empresa consagrada al servicio de Dios
En este episodio del podcast de CIEES, Ricardo Funari, empresario brasileño y cofundador de Sincro, comparte el testimonio de una empresa que ha sido explícitamente consagrada a Dios. Desde el año 2002, Funari y sus socios renovaron anualmente esta entrega espiritual, reconociendo que la empresa no les pertenece, sino que es un instrumento al servicio del plan de Dios. Esta convicción llevó a una transformación radical de la cultura corporativa, alineando cada decisión con los valores del Evangelio.
Cambios concretos desde la fe
Como fruto directo de esta consagración, Sincro revisó prácticas empresariales comunes que no reflejaban justicia social. Una de ellas fue la tercerización del personal de limpieza, revertida tras una fuerte experiencia de oración que motivó la contratación directa de quienes eran más vulnerables. También eliminaron las comisiones de ventas, promoviendo la equidad entre colaboradores y desactivando dinámicas competitivas poco sanas. La fe no se quedó en gestos simbólicos, sino que impulsó acciones concretas de dignificación y coherencia.
Una cultura guiada por el amor y la oración
La visión teocéntrica de la empresa ha llevado a que las decisiones estratégicas se tomen en oración ante el Santísimo. Además, Sincro incorporó un consejero formado especialmente para acompañar a los trabajadores en sus dificultades personales. Esta atención integral ha evitado rupturas familiares, crisis emocionales e incluso intentos de suicidio. El resultado es una comunidad empresarial donde se vive un amor auténtico, desde los directivos hacia sus equipos, y viceversa.
El propósito como camino de santidad
Ricardo Funari concluye su relato con una profunda reflexión sobre el propósito, la misión y el trabajo a la luz de la oración del Ángelus. Reconocer a Dios como el dueño de la empresa no es solo un acto de fe, sino también de humildad, gratitud y compromiso. Su historia demuestra que es posible vivir la empresa como un camino de consagración, donde la evangelización comienza por la forma en que se cuida a las personas y se gestiona con sentido trascendente.