Panel: Humildad en el liderazgo

Una mirada compartida sobre la humildad

En el marco del Congreso Internacional CIEES 2025 se propuso una reflexión colectiva sobre la humildad aplicada al liderazgo empresarial y social.
Bajo la moderación de Ricardo Funari, tres empresarios de diferentes países compartieron cómo esta virtud se integra en la gestión de equipos, en la toma de decisiones y en la vivencia de la fe en el ámbito laboral.

El encuentro comenzó recordando una frase del venerable João Luiz Pozzobon: “Si es voluntad de Dios, un solo hombre puede mover el mundo entero.”
Desde esa inspiración, el panel buscó responder una pregunta central: ¿cómo se vive la humildad en el liderazgo y cómo puede influir en la cultura de las organizaciones?

Moderador: Ricardo Funari (Brasil) | Panelistas: Selene Chávez (México), Claudio Castro (Chile) y Carlos Pampliega (Paraguay)

La humildad que empodera

Selene Chávez, empresaria mexicana del sector médico, relató experiencias concretas de cómo la fe y la oración pueden integrarse al trabajo cotidiano.
En su empresa, explicó, se reza el Ángelus cada día al mediodía, generando un espacio de encuentro libre y comunitario: “Nos ponemos ante Dios como humildes, y pedimos cosas simples de nuestro trabajo: que nos ayude a cerrar una venta, a resolver un problema, a cumplir nuestra tarea con serenidad”.

Esta práctica se complementa con otras acciones de cuidado dentro de la empresa, como la conformación del “Equipo Lazos”, encargado de atender las necesidades materiales y emocionales de los colaboradores.
A partir de estas experiencias, Chávez sostuvo que vivir la humildad permite empoderar a otros, darles confianza y ayudarlos a realizar lo que uno mismo no puede hacer.

Liderar desde la cercanía

Desde Chile, Claudio Castro abordó la humildad como una forma de liderazgo basada en la cercanía y el servicio.
En su intervención, explicó que esta virtud parte del reconocimiento de que “ser humilde es sentirse profundamente amado por alguien, y ese alguien es Dios”.
Compartió cómo ese sentido de pertenencia transforma la manera de dirigir personas y enfrentar conflictos laborales.

En su experiencia, Castro promueve un liderazgo que se expresa en gestos concretos: reuniones personales con todos los miembros de su equipo, cartas de agradecimiento, celebraciones compartidas y la eliminación de jerarquías simbólicas dentro de la empresa.
Estas prácticas buscan fortalecer los vínculos y demostrar que la autoridad es servicio, una idea que conecta directamente con la pedagogía del Padre Kentenich.

La empresa como espacio de humildad

El empresario paraguayo Carlos Pampliega reflexionó sobre los resultados que puede generar una cultura empresarial fundada en la humildad.
Explicó que cuando las empresas ponen sus talentos al servicio de un propósito común, se generan entornos más colaborativos y sostenibles:
“Escuchar antes de decidir, reconocer los errores y abrir espacios de participación son señales de humildad organizacional que fortalecen la innovación y el compromiso de las personas.”

Pampliega señaló que una empresa que valora la humildad fomenta la confianza, la creatividad y el sentido de pertenencia, creando condiciones para un desarrollo sostenido en el tiempo.

Esperanza y propósito

Durante el diálogo, los panelistas coincidieron en que una de las carencias más visibles en el mundo del trabajo actual es la falta de esperanza.
Selene Chávez observó que muchos líderes no logran transmitir confianza ni compasión porque no vinculan su tarea a un propósito trascendente.
“Si descubrimos que el propósito de nuestra empresa está alineado con nuestro ideal personal y con la voluntad de Dios, entonces estamos trabajando para Él”, expresó.

Esta visión se repitió en las experiencias compartidas por los tres panelistas: las empresas, cuando integran la dimensión espiritual de su misión, se convierten en instrumentos para el bien común y en espacios donde la fe se traduce en acción.

Autoridad como paternidad

En la parte final del panel, Claudio Castro retomó los aportes del Padre Kentenich sobre la autoridad.
Explicó que el fundador de Schoenstatt comprendía la autoridad como una forma de paternidad: un liderazgo que guía, educa y corrige con el mismo cuidado con el que un padre acompaña a sus hijos.
Desde esa mirada, afirmó que la autoridad proviene de Dios y que entenderla de esa forma cambia la relación entre líderes y colaboradores, otorgándole una dimensión de responsabilidad y de servicio.

El modelo del buen pastor

Carlos Pampliega cerró el encuentro recordando que el Evangelio ofrece un modelo de liderazgo vigente: el del buen pastor.
“El buen pastor conoce a sus ovejas y da la vida por ellas”, señaló, explicando que esta imagen resume el llamado a cuidar a las personas y acompañarlas en su crecimiento.
Para él, liderar desde la humildad significa ejercer la autoridad con fidelidad, cercanía y compromiso, manteniendo siempre el corazón abierto y, citando al Papa Francisco dijo, “la humildad no es andar con la cabeza baja, sino con el corazón abierto.”

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