Liderazgo con propósito: Transformar empresas desde el interior
Luis Carlos Mozzato
Empresas humanas: el cambio comienza en el liderazgo
Luis Carlos Mozzato, educador, coach y miembro del CIES Brasil, comparte su experiencia acompañando procesos de transformación en empresas desde una mirada humana e integral. A través de su consultora en desarrollo personal y organizacional, ayuda a líderes a reconocer que el verdadero cambio comienza por uno mismo. Aunque suelen acudir a él buscando mejorar a sus colaboradores, la experiencia demuestra que los procesos más fructíferos inician cuando el propio directivo asume su rol de líder formador, dispuesto a crecer interiormente para transformar el entorno.
Integrar fe y vida en el mundo profesional
Mozzato explica que muchos empresarios viven su fe como algo separado del trabajo. En sus talleres, propone integrar lo espiritual a la vida profesional, no desde la imposición, sino desde el reconocimiento de que todo ser humano posee una dimensión trascendente. Inspirado por la pedagogía de Kentenich y la logoterapia de Viktor Frankl, invita a desarrollar las cuatro dimensiones de la persona: biológica, intelectual, afectiva y espiritual. Con esta visión, ayuda a construir entornos donde la fe y la cultura organizacional se entrelazan, favoreciendo una experiencia laboral más plena y auténtica.
El ideal personal como punto de inflexión
Uno de los momentos clave en su trayectoria fue el descubrimiento de su ideal personal. A partir de esa experiencia, comprendió que su misión iba más allá del aula de biología y debía centrarse en acompañar procesos de desarrollo humano más profundos. Desde entonces, fundó su consultora con una convicción clara: su trabajo es instrumento de Dios para formar personas más libres, responsables y conscientes de su propósito. Aplicando la estrategia espiritual y pedagógica de Schoenstatt, Mozzato propone un modelo de liderazgo centrado en el autoconocimiento, la autoeducación y el sentido de misión.
Empresas con alma: invertir en personas es rentable
Con ejemplos concretos, Mozzato muestra que las organizaciones más exitosas son aquellas que forman líderes capaces de inspirar, generar vínculos sanos y motivar desde el propósito. Recuerda que el principal motivo por el que los empleados abandonan una empresa es la mala relación con sus líderes inmediatos. Por eso, insiste en que invertir en el desarrollo personal y espiritual no es un gasto, sino una inversión que fortalece la cultura organizacional y genera rentabilidad sostenible. Su mensaje final es claro: no se trata de llevar a Dios al trabajo, sino de reconocer que ya está allí, actuando a través de cada encuentro, decisión y proceso.
