El liderazgo que escucha a Dios: Espiritualidad y gestión en la toma de decisiones
Reconocer la presencia de Dios en el trabajo
Liliana y Gabriel Michelini relatan cómo, a lo largo de su camino como empresarios, descubrieron que la vida laboral también podía ser un espacio para el actuar de Dios. Esta toma de conciencia los llevó a reconfigurar la manera en la que dirigían su empresa, desde las decisiones más estratégicas hasta las relaciones cotidianas dentro del equipo. La fe dejó de estar limitada a los espacios personales y se integró con naturalidad en el mundo del trabajo.
El discernimiento como herramienta de liderazgo
La práctica del discernimiento se volvió una dimensión fundamental en la toma de decisiones. Según relatan, muchos de los cambios internos en la organización comenzaron a gestarse cuando aprendieron a “escuchar” con mayor profundidad, abriéndose a lo que Dios podía estar mostrando. Este proceso implicó una mayor atención al contexto, a los vínculos humanos, y a los pequeños signos que orientaban sus pasos, incluso cuando implicaban asumir riesgos o modificar criterios tradicionales de gestión.
Consagración, cultura y relaciones
Uno de los momentos clave en este recorrido fue la consagración formal de su empresa, lo cual marcó un punto de inflexión en su cultura organizacional. A partir de ese gesto simbólico, comenzaron a emerger transformaciones en las dinámicas internas, en el sentido de pertenencia del equipo y en la percepción del propósito que guiaba su trabajo. Las relaciones interpersonales se fortalecieron y comenzaron a reflejar una visión más integral, coherente con los valores espirituales que habían asumido como base.
Una experiencia compartida que sigue creciendo
En este episodio, el testimonio de los Michelini ofrece una mirada concreta sobre cómo integrar la espiritualidad en el ámbito empresarial sin imponer, pero sí proponiendo un camino de apertura, de escucha y de fidelidad a un llamado más profundo. Una conversación que revela cómo una empresa familiar puede transformarse desde dentro cuando se deja guiar por la fe.
