Charla: Líderes de la Esperanza
La charla “Líderes de la Esperanza”, presentada por Francisco Contardo, abordó la relación entre humildad, fe y liderazgo en el mundo del trabajo. A través de su testimonio personal, profesional y espiritual, Francisco profundizó en cómo la esperanza —sostenida en la confianza en Dios— puede convertirse en una fuerza transformadora para la vida, la empresa y las comunidades.
La esperanza como fundamento del liderazgo cristiano
Francisco inició su exposición recordando que la esperanza es un pilar central para quienes buscan ejercer un liderazgo inspirado en la fe. Explicó que esta virtud se sostiene en la certeza de que nada es imposible para Dios, una convicción que marca la vida del cristiano y que permite afrontar con serenidad momentos de incertidumbre o dificultad.
Destacó que la esperanza no es una actitud pasiva, sino una fuerza que impulsa a actuar, a planificar y a perseverar en la misión, tanto en ámbitos personales como empresariales.
La humildad como camino para confiar y reconocer la propia pequeñez
La exposición subrayó que la humildad es inseparable de la esperanza.
Francisco explicó que reconocer la grandeza de Dios y la pequeñez humana permite abrir el corazón a la acción divina.
A partir de textos bíblicos y reflexiones personales, señaló que la humildad no implica debilidad, sino sabiduría: es la capacidad de comprender que todo bien proviene de Dios y que el liderazgo auténtico nace del servicio, no del protagonismo.
La esperanza en la vida empresarial
La charla abordó también el impacto concreto de la esperanza en la empresa.
Francisco distinguió entre optimismo y esperanza: mientras el optimismo confía en que “las cosas saldrán bien”, la esperanza —más profunda— impulsa a planificar, actuar y sostener el esfuerzo incluso en situaciones adversas.
Para él, un líder esperanzado genera motivación, inspira confianza y contribuye a formar equipos resilientes.
Explicó que la esperanza:
- Fortalece la toma de decisiones en tiempos complejos.
- Genera entusiasmo y compromiso en los equipos.
- Permite superar obstáculos laborales.
- Favorece una cultura organizacional más humana y colaborativa.
Testimonios de líderes esperanzados
Para ilustrar cómo la esperanza se hace vida, Francisco mencionó referentes que encarnaron esta virtud en su trabajo y misión:
- San Alberto Hurtado, cuya mirada compasiva inspiró iniciativas sociales decisivas.
- Enrique Shaw, empresario argentino reconocido por su coherencia ética y cuidado de los trabajadores.
- João Luiz Pozzobon, modelo de servicio y entrega en la Campaña de la Virgen Peregrina.
- Empresarios contemporáneos que consagran sus empresas a Dios o procuran integrar la espiritualidad en decisiones cotidianas.
Estos ejemplos mostraron que la esperanza, vivida con humildad, puede transformar organizaciones y comunidades enteras.
Un testimonio personal marcado por la esperanza
Uno de los momentos más significativos de la charla fue el relato de la experiencia personal de Francisco con el Parkinson.
Compartió cómo los primeros síntomas, la incertidumbre del diagnóstico y los desafíos de la vida profesional lo llevaron a profundizar su confianza en Dios y a comprender que cada día es un regalo.
Relató la fundación de su consultora Comunicar Agro, el acompañamiento de su familia, el valor de los vínculos y la importancia de mantener la misión incluso en circunstancias de fragilidad.
Destacó especialmente la operación que recibió en Barcelona, posible gracias al apoyo solidario de más de 200 personas. Para él, esta experiencia mostró cómo la esperanza se vuelve concreta cuando se transforma en gestos de amistad, oración y ayuda fraterna.
Esperanza que impulsa nuevas misiones
Francisco compartió también cómo, tras la operación, retomó proyectos profesionales y reforzó su compromiso con la coherencia empresarial.
Explicó que la comunicación debe reflejar procesos auténticos y que toda organización necesita alinear su operación con sus valores.
Finalmente, destacó que la esperanza no solo transforma el liderazgo, sino que también fortalece la vida familiar, invitando a reconocer cuándo es momento de dejar que otros brillen y asumir una postura de servicio en el hogar y en el trabajo.
La charla concluyó reafirmando que la esperanza es motor de transformación personal y organizacional.
Un líder esperanzado inspira, construye y acompaña; enfrenta las crisis con visión y confía plenamente en Dios.
Para Francisco, la esperanza vivida con humildad permite descubrir que nada es imposible para Dios y que cada desafío puede convertirse en camino de crecimiento y misión.
